Dia 4 Agoudím-Imichil...EL gran Huracan

Día 4: Agoudín-Imichil
Distancia: Kms 76
Tiempo de pedaleo: 5h 40 min
Velocidad Media: 13.3 Kms/h
Velocidad Máxima 53.3 Km/h Desnivel acumulado: 1.641metros


La verdad que no hemos dormido tan mal para hacerlo en el suelo, y eso que a lo largo de la noche se nos ha caído un pequeño trozo de techo en la cabeza, es lo que tiene las construcciones de adobe. El desayuno acorde a la familia, fantástico, y a pedalear que se nos echa el día. Un día que ha amanecido algo fresco y muy nublado.

Los primeros 15 Kms no paramos de subir, por el mismo cañón del día anterior, siempre con el viento en contra. Tras una pequeña parada para reagrupar en la cima, comenzamos un continuo subir y bajar pequeños puertos (ya el guia nos había avisado que subiríamos cuatro puertos en esta jornada), pasando junto a pueblos muy pintorescos, y sin parar de saludar a los niños pastores que continuamente te salen al encuentro. En el Km 25 tenemos la subida con más pendiente de todo el viaje, 2Kms que hace que todos echemos los pulmones por la boca, pero como siempre en la cumbre tenemos a nuestro guía esperando con agua y con unos dátiles exquisitos, los mejores que he probado nunca. Y de ahí bajadón espectacular hasta Anefgou, supuestamente fin de etapa.

Como es muy pronto el guía nos propone un cambio: chuparnos 40Kms más hasta Imilchil haciendo dura la etapa y a cambio, mañana hacer sólo una minietapa por la mañana, más una visita en 4x4 por la tarde… Aceptamos el cambio y claramente no nos arrepentiríamos, además como nos quedábamos en su casa nos preparaba de comer lo que quisiésemos… Por favor tajin no!!! Un Couscous a ver que tal... así que saliendo de Anefgou hacemos la pertinente parada a comer.

Nueva gran comilona, esta vez hasta nos prepararon una tortilla bereber (algo parecido a pisto con huevos). Y es que el día anterior nos la dieron en el Albergue, y hoy se nos había antojado... es que estos guías nos dan todos los caprichos, además de una megasandía buenísima que nos plimplamos entre todos. Pero de repente durante la comida, reaparece el gran enemigo del día con más fuerza que nunca. Era de película, estábamos tan tranquilos y se escuchaba acercarse, poco a poco cada vez más fuerte, justo con el tiempo para tapar el plato de comida y empezaba el huracán, eran sólo unos segundos pero teníamos que agacharnos tapando como podíamos la comida, el ruido ensordecedor, caían hojas por todos lados (incluso arrancó una gran rama de un árbol cerca de nosotros) y la arena que llevaba te golpeaba como si te disparasen y así una y otra vez mientras comíamos.

Nos lo pensamos mucho, pero decidimos subir el puerto en bici a pesar de que el guía nos avisó que con el viento así sería duro. La subida espectacular, 12 Kms hasta el punto más alto de la ruta, 2.700mts, pero lo peor no eran las rampas, eran las rachas de viento huracanado, que como durante la comida veías cómo se acercaban y no te quedaba otra que agachar la cabeza, cerrar los ojos y aguantar, aguantar el viento y el dolor de la arena golpeándote, más de una vez no te quedaba otra que poner pie a tierra y esperar que pasase, si no literalmente te tiraba de la bici…pero subimos, hasta arriba desde donde se podían ver los dos valles, donde íbamos y lo que habíamos subido... ¡¡¡qué pasada!!!. La única manera de capta el huracán era con un vídeo, aunque no grabé ni mucho menos las rachas más fuertes.

http://www.youtube.com/watch?v=0CTARITjYIA&feature=relatedv=0CTARITjYIA&feature=related



Y de ahí ya todo para abajo, hasta Imilchil, por pistas que como todas las del día de hoy estaban asfaltando, con continuas obras de canalización de agua y tendidos eléctricos, Marruecos y el progreso, en unos años esto no será lo mismo.

Imilchil es un pequeño pueblecito, seguro que ridículo comparado con lo que conocemos, pero con luz, agua corriente y varios bares y hoteles, parecía la metrópolis de la zona, además la casa de Zaid (guía) está bastante bien, muy limpia y nos atendieron perfectamente, su mujer Fátima, su hija Azuqueinad y su hijo, el pequeño Karim, que como cualquier niño de 3 años lo único que quería es jugar con nosotros... Como Ale le dio juego, le repetía una y otra vez “scando gorra???” o algo así…”te quedas con nosotros???... me recordaba a mis sobrinos cuando no quiere que nos vayamos, al final los niños son todos iguales….

Hicimos una pequeña visita a la tienda de Zaid, llena de antigüedades y alfombras donde nos contó la historia de cómo se hacen las alfombras en la zona, bien merecía llevarse un pequeño recuerdo y a la camita que el día había sido intenso.

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