Viaje al Alto Atlas en Btt. Noveno día: Las cataratas de Ouzoud

Hemos conseguido madrugar hoy, nos queda un largo trayecto de vuelta a Marraquesh, pero de poco nos ha servido, la calma y la tranquilidad marroquí hace que tardemos una eternidad en salir, bueno estamos de vacaciones. Increíble, el pueblo está a 2 horas de la carretera más cercana, 2 horas por una pista de tierra donde vemos una vez más como avanza el progreso. Lo comentado anteriormente, en poco tiempo el pueblo tendrá una carretera asfaltada y luz eléctrica, perderá ese encanto, pero sus habitantes ganarán la calidad de vida que necesitan. Y en esas 2horas de trayecto una vez más subimos un puerto espectacular, una vez más subimos a 2700mtrs, con gigantes a nuestro alrededor que llegaban a los 3000.

Cerca de las 12 nos habíamos plantado en nuestro destino turístico de hoy, las cataratas de Ouzoud. El entorno es árido y en plano mes de agosto a casi 40º, pensaba que apenas sería un hilito de agua, pero cuando las vimos nos quedamos con la boca abierta. Mas de 100 metros de caída de agua con un torrente espectacular, de donde saldrá tanta agua. El estruendo era ensordecedor, le hicimos fotos de todos lados, desde arriba desde en medio, desde abajo. Lo peor vendría después, cometimos el error de comer en los chiringuitos, aquello estaba atestado de gente, hacía un calor y una humedad imposible y encima tardaron una eternidad, la peor comida de toda la ruta, el peor Tajin.

Ya de vuelta hacia Marraquesh cuando pasamos por el sitio megacutre en el que comimos el primer día, ya no me pareció tan cutre y pensaba, ojalá hubiésemos comido hoy aquí. Llegada a Marraquesh, empaquetado de bicis y de nuevo al Hotel, otra vez la misma sensación, ya no me parecía tan cutre, de hecho hasta me parecía un buen sitio.

Marga y yo decidimos dar el primer paseito por el Zoco, lo atravesamos camino de la estación de autobuses, a donde íbamos a comprar los billetes para ir el día siguiente a Essaouira. Laberinto de calles con miles de tienda de todo tipo, harían las delicias de los compradores compulsivos. Personalmente a mi no me llama mucho la atención, sólo me sorprendió que yo no lo ví tan agobiante como dicen, se podía pasear sin grandes problemas y sin grandes acosos, también es verdad que ya estábamos más que acostumbrado a este entorno.

En la parada de autobuses, nos para un hombre que nos pregunta Essaouira?? Le decimos que si y nos informa que su compañía tenía continuamente autobuses de ida y vuelta muy cómodos y baratos con aire acondicionado, que mañana empezaba a las 9, que comprásemos el billete de ida (nos saldría por uno 6 €) y que allí ya compraríamos el de vuelta,,bueno vale, nos dio 2 papelotes y le pagamos. Cuando salimos de la estación pensamos, ¿y si nos ha timado?, anda que no somos confiado. En cuanto al billete no nos timó, pero eso de los autobuses de vuelta, bueno no adelanto acontecimientos.

Era el último día con el grupo y tocaba comer en un sitio bueno, así que lo llevamos a uno de los sitios que vimos el primer día y descubrimos que Marraquesh también tiene turismo de lujo. Muy buen sito, muy buena comida, hasta sacaron a Marga a bailar la danza del vientre con las bailarinas. No es que fuera barato pero para lo que era estaba muy bien de precio, excepto las cervezas que en este país se empeñan en cobrarla a precio de oro. Religión, alcohol e hipocresía un buen título para un artículo. Y toca las despedidas, todos excepto nosotros se marchaban mañana. Me alegro haber coincidido con toda esta gente y espero volverlos a ver en alguna otra ocasión, ha sido un gran grupo.