Durante siglos el ser humano pensaba que no existía nada más después de Galicia, un inmenso mar plano o redondo que marcaba el límite entre lo conocido y lo desconocido, el fin de la tierra, Finisterre.
Miles de personas que caminaban días, incluso meses para poder abrazar al Santo y obtener el perdón eterno no dudaban en alargar su ruta un poco más y poder ver ese mágico lugar, tras el cual podía estar el cielo o incluso las puertas del infierno.
Siete años atrás ya h
abíamos hecho ese viaje, pero esta vez era especial. Lástima no tener tiempo para hacerlo en bici, así que alquilamos un coche y pusimos rumbo al fin del mundo... Cuando llegas sientes algo especial, sabes que es un lugar diferente, místico, ves muchos peregrinos terminando su viaje, aunque no tantos como a las puertas de Santiago. La naturaleza ha esculpido un sitio precioso, un pequeño acantilado desde donde se divisa el Infinito, que el ser humano ha estado a punto de cargárselo con un faro bajo mi punto de vista horrible, supongo que los miles de barcos que se han salvado gracias a él lo compensa, pero que le
costaría imitar a civilizaciones anteriores y hacer un bonito faro como el de La Coruña??, el sitio lo merece.
Decidimos dejar una de las vieiras que nos ha acompañado todo el Camino, dejarla como testimonio del final del viaje. Y vuelta, ahora sí, ya no había más donde avanzar, en bici, coche o andand
o, esto se acaba, la mezcla de tristeza y alegría es indescriptible. Esto no es el final de nada, pensaba, es simplemente el principio, el cámino nunca se acaba, estará siempre ahí, tu hazaña, tus vivencias... y lo mejor de todo, sabes que vas a volver... y aprendes tantas cosas que ya nunca volverás a ser el mismo. Aprendes a compartir, a vivir con lo mínimo, a llevar toda tus cosas encimas... y a valorar todo lo que tienes... ¡¡¡Santiago, volveremos!!!!, además es una de las cosas que le prometí al Santo si cuidaba de mi pedalier...
http://es.youtube.com/watch?v=VJdGVR79iNs
Ya de vuelta, nos dimos otra buena comilona en el paseo maritimo de Finisterre y pusimos rumbo a Muxia... Ot
ro de esos sitios míticos, la iglesia de Santa María de la Barca. La leyenda no la recuerdo muy bien, pero en nuestra primera visita, hace siete años, nos quedamos prendados del sitio, y no nos podíamos creer como un año después, la catástrofe del Prestige había estado a punto de echar a perder ese maravilloso lugar....
Hoy ya no es un lugar tan místico, han arreglado los accesos y está todo lleno de turista, de todas formas merece la pena ir a verlo, y eso hicimos... y ya de vuelta para Santiago.

Al día siguiente de un tirón a Sevilla,. Con las comunicaciones hoy haces el viaje en apenas 10 horas, así que si ya lo que te apetece es llegar, sales tempranito y a media tarde estás en casa. Nuestro principal entretenimiento en el camino de vuelta fue ir viendo todos los lugares que habíamos recorrido y cruzarnos una y otra vez con cientos de peregrinos.
Miles de personas que caminaban días, incluso meses para poder abrazar al Santo y obtener el perdón eterno no dudaban en alargar su ruta un poco más y poder ver ese mágico lugar, tras el cual podía estar el cielo o incluso las puertas del infierno.
Siete años atrás ya h
Decidimos dejar una de las vieiras que nos ha acompañado todo el Camino, dejarla como testimonio del final del viaje. Y vuelta, ahora sí, ya no había más donde avanzar, en bici, coche o andand
http://es.youtube.com/watch?v=VJdGVR79iNs
Ya de vuelta, nos dimos otra buena comilona en el paseo maritimo de Finisterre y pusimos rumbo a Muxia... Ot
Hoy ya no es un lugar tan místico, han arreglado los accesos y está todo lleno de turista, de todas formas merece la pena ir a verlo, y eso hicimos... y ya de vuelta para Santiago.
Al día siguiente de un tirón a Sevilla,. Con las comunicaciones hoy haces el viaje en apenas 10 horas, así que si ya lo que te apetece es llegar, sales tempranito y a media tarde estás en casa. Nuestro principal entretenimiento en el camino de vuelta fue ir viendo todos los lugares que habíamos recorrido y cruzarnos una y otra vez con cientos de peregrinos.
Paramos a desayunar en Vegas de Varcalcer, el bar lleno de peregrino, que morriña!!, y que envidia. Parece mentira que en algo más de 2 horas, hayamos retrocedido lo que nos costó hacer en bici 4 días. A partir de Astorga ya te desvías del camino francés y coges dirección Vía de la Plata. Muchos menos peregrinos, pero alguno que otro...quien sabe, quizás este sea nuestro próximo camino.